En honor al Zar

Gordo te acuerdas de este día? Probablemente no. Pero dicen que la historia inició con un parto de luz que dio como resultado un pequeno ser de carne y hueso, que evolucionó en un adulto maravilloso con la capacidad de odiar tanto como amar, para llorar tan fuerte como reir, de transformar suenos en realidades y sobrellevar la desdicha de ver sus anhelos esparcidos en el aire.

Dicen que la vida no es fácil, pero tampoco una carga tan pesada que no quepa en el espacio que existe entre hombro y hombro. Haciendo honor a tu historia, intenta ser todos esos personajes de los que vives enamorados, dale razón a tu existir, pinta de tantos colores tu entorno como tonadas musicales. En una gran pizarra blanca numera a tus amigos y entenderás que todo valió la pena.

Sin duda, existen amores que no tienen reemplazo, que tienen cara y cuerpo y los mantenemos en nuestro clóset para que nunca se nos olviden, pero a veces es mejor dejarlos reposar en una caja de cartón y llevarlos al ático para que nos liberen de tanta opresión.

No tengas miedo a la muerte pero tampoco busques su rostro, ella habrá de encontrarte, y si es de Dios, ese instante será tan placentero como lo son los buenos recuerdos. Por el momento inhala y exhala vida, llénate de ella y enfréntala con orgullo, con armadura puesta y espada en mano. La batalla es tuya.

Manana pasaré por tu casa, tal vez no coincidamos en el pasillo, entre la puerta de tu habitación y el viejo caballo de madera, pero estaré allí, puntual como siempre lo deseas, dándote ese fuerte abrazo que me has pedido y un suave te amo amigo que susurraré a tu oido.

Esta es mi forma de brindar por la llegada al mundo de mi amigo Carlos Pena. Love you Gordis.