Yo soy Bridget Jones

Esta fue una noche en que los ánimos no estaban dados para ningún encuentro. Sólo quería estar en compania de mi pijama, el ruido de la t.v, una buena dosis de mi blog y un vaso con un líquido refrescante. Nada de eso sucedió.


Me vestí de mujer moderna, me coloqué una capa delgada de maquillaje y me nutrí de unos centímetros cúbicos de ánimo para poder socializar.  Llegamos al lugar acordado y la mesa que nos esperaba sólo estaba reservada para cuatro.No hubo citas dobles, sólo cuatro mujeres que querían sentirse divinas entre copas de licor y alimentos gourmet.


En este encuetro, la extrana era yo, el trio estaba en sintonía de historias pasadas y nuevas. Por lo que pensé que habría cabida para el aburrimiento, pero la velada tomó la forma que toda reunión de mujeres implica, una gran boca femenina que no para de hablar en detrimento del sexo masculino. Es evidente que este placer está por encima de cualquier compra de ropa interior o el absoluto deleite de comerse un buen trozo de chocolate sin pensar en el conteo de calorías.


Pero más allá de las habladurias del sexo opuesto, lo que comprendí es que en esa mesa, las edades no importaban al momento de dialogar de ese sentimiento, que siempre hay una historia acerca del amor, del bueno, el que nos lastima, imposible, sufrido, denegado, tormentoso, pausado, cambiante, eterno; tanta variedad como mujeres en el mundo.


A los 40 o a los 20, queremos ir en búsqueda del hombre ideal, ese que sólo está en nuestra imaginación, porque seamos honestas, eso es una vil falsedad que nos hemos creado para sentirnos esperanzadas e ilusionadas, una excusa más para no dejar de creer en el amor. Pero si  bien el amor suele doler, es imperfecto y se equivoca con frecuencia, vivirlo nos dá sentido, nos complementa y nos construye como mujeres. 


Y yo, la que escribe este blog, quien suele darse por vencida en el amor y que habla de manera soez de éste, no duda de algunas historias que se han levantado en mutua sinceridad, convicción de lo que se siente y justa fidelidad al compromiso. Porque uniones hay muchas, pero relaciones pocas. 


Hoy quiero leer acerca de esas relaciones, porque yo necesito encontrar a las cientos de Bridget Jones que están allí afuera, escribiendo en sus diarios cómo el apuesto hombre que lleva por nombre Daniel Cleaver, quien les recitaba unas cuantificables palabras de carino y les proveía de sexo placentero, pero sin sentido, han recopilado nuevas sinopsis acerca de Mark Darcy, el verdadero caballero que nos dice sin reservas, me gustas tal como eres. Soberbia frase: me gustas tal como eres. 


Mi blog está a abierto, 24 horas al día, 7 días a la semana, siempre de turno para el desahogo. Bridget's acérquense.